DOLNÝ KUBÍN
DOLNÝ KUBÍN
Se acerca la vuelta a Alburquerque (mi pueblo en Espaňa) y aprovecho el tiempo libre que tengo (que ahora es mucho) para viajar por Orava. Hoy, viernes 27 de junio, he estado en Dolný Kubín, la capital de Orava.
Es una ciudad de poco más de 20.000 habitantes situada a 250 km de Bratislava, en el norte de Eslovaquia. Está a una hora y cuarto, aproximadamente, en tren desde Trstená.
La primera referencia escrita que se tiene de Dolný Kubín es de un documento del siglo XIV. Pero monumentos de esta época no queda ninguno en la ciudad. Supongo que por que debía ser un pueblo pequeňo con la mayoría de las construcciones de madera, como en todos los pueblos de por aquí.
Posee una zona peatonal (Hviezdoslavovo námestie) en donde están los principales monumentos y la mayoría de los restaurantes. En la zona peatonal tenemos la iglesia de Santa Catarina de Alejandría construida en los aňos 80 del siglo XIX sobre los restos de la primera iglesia de Dolný Kubín del siglo XIV. Dentro hay un altar neogótico del siglo XVI.
También existe una iglesia evangelista construida entre los aňos 1893 – 94 sobre los restos de otra destruida por el fuego.
Quizás lo más interesante es la Galería de Orava (Oravská galéria v Dolnom Kubíne) situada en la zona peatonal muy cerca de la iglesia evangelista. Fue fundada en 1965 y muestra unas 7500 piezas de pintura antigua (del siglo XV al XIX), de iconos, de arte eslovaco del siglo XX, de arte popular eslovaco y cuadros de una pintora nacida en Orava: Mária Medvecká (la entrada cuesta 1 euro y los guías son personas mayores muy amables pero solo hablan eslovaco)
La ciudad está atravesada por el río Orava y sobre el río hay un bonito puente de madera cubierto, el Kolonadný most.
Cuando ya había visto casi todo decidí ir a Istebné, es un pueblecito situado a un cuarto de hora en autobús de Dolný Kubín, en donde existe una iglesia evangelista de madera, la iglesia de san Miguel. El pueblo es un remanso de paz, el típico pueblo eslovaco con numerosas casas aisladas por jardines y con mucho verde. La iglesia está al final del pueblo. Al principio está cerrada por lo que me dedico a ver los alrededores y a visitar un cementerio que hay en lo alto de una colina.
Cuando vuelvo a la iglesia está abierta ya que la están limpiando para alguna celebración. Pregunto si puedo entrar y me dicen que no hay problema. Es preciosa por dentro, con raras pinturas y un altar barroco. Este tipo de iglesias eran muy habituales en Orava. Hago algunas fotos y cuando ya me disponía a marcharme aparece de no se donde una seňora casi gritándome que si he hecho fotos, que debo pagar y que también debo pagar la entrada en la iglesia. Le digo que donde está escrito que debo pagar por hacer fotos y saca unos papeles medio escondidos en un banco y me dice que allí.(!). Cien coronas me cobró por hacer fotos la seňora.
Volví a Trestná entre divertido por la situación y cabreado por haber sido estafado vilmente. Pero que me sirva de lección, la próxima vez antes de ponerme a hacer fotos debo preguntar.