RUTA A SUCHY

06.10.2012 11:00

 

RUTA A SUCHY

(6 - octubre - 2012)

Cuando dejé Eslovaquia hace dos aňos pensé que, al menos en lo profesional, era para siempre. Pero la vida da muchas vueltas, te trae y te lleva, y de nuevo estoy trabajando en Eslovaquia, en Žilina para ser exactos, en el Gymnázium Tomáša Ružičku. Antesala de dos grandes zonas senderísticas: los Mala Fatra y los Veľka Fatra. Ya pondré por aquí algo sobre Žilina ciudad, de momento voy a narrar una de las rutas que ya he hecho por estos lugares.

 

Resulta que este aňo tengo unos colegas que son tan apasionados o más que yo de las rutas por bosques y montaňas. Mi compaňera de despacho, Gabriela, es una gran senderista y Fermín, Vicky (profesores de espaňol) y su marido Jonatan también.

 

Quedamos el sábado 6 de octubre en mi barrio, Vlčince, para subir a Suchy, uno de los picos de los Mala Fatra. Fuimos en coche hasta Podhradské, pasados los pueblos de Varín y Nezbudská Lučka, al lado de uno de los meadros del Vah (al sureste de Žilina).

 

Allí comenzamos a caminar, por el sendero seňalizado con rojo, hasta el cercano Starý Hrad (el castillo viejo). Este castillo, del que hoy sólo quedan unas imponentes ruínas, domina el meandro del Vah llamado Domašínsky. Sus orígenes datan del siglo XIII y el el siglo XVI fue destruido. Antiguamente se llamó el castillo de Varín y está colocado en la orilla derecha del Vah. Dominaba el camino hacia Podvažská y cobraba peaje a los viajeros. La base del castillo en lo alto de la colina, probablemente sea la de una torre con una planta no muy normal en el siglo XIII. Todavía hoy pueden verse restos de un arco gótico.

 

Este castillo se encuentra a unos 400 metros sobre el nivel del mar y las vistas sobre el meadro que forma el río Vah son espectaculares.

 

Después de la visita de rigor a la fortaleza seguimos el camino que se hizo más empinado y por entre frondosos bosques de hayas llegamos a Chata por Suchým. Un encantador edificio de madera en donde los senderistas pueden comer e incluso dormir. Yo aproveché para meterme un gulaš entre pecho y espalda y así coger fuerzas para la subida final que se avecinaba. En la chata nos reunimos con Rafa ( profesor de biología y química del gymnázium) que había subido en bicicleta por otro camino.

 

Rafa volvió por donde había venido y nosotros seguimos camino, en constante ascensión, hacia Suchý.

 

Pasamos por los puntos Javorina y Príslop pod Suchým, en este tramo el camino es precioso y es uno de esos lugares en donde uno piensa en lo bonito que es el otoňo eslovaco. Las hojas caidas y las muchas tonalidades de verde y amarillo del bosque le dan al paisaje un carácter mágico, como de cuento de hadas.

 

La última media hora de subida se me hizo bastante dura y me costó llegar arriba (la prueba del esfuerzo son las agujetas que tengo hoy). Desde Suchý (1468 m) hay una bonita vista del cercano Veľký Krivaň y de la parte sur de los Mala Fatra.

 

La vuelta fue más rápida, volvimos a bajar hasta Chata pod Suchým y desde allí cogimos el camino seňalizado con azul que nos volvió a llevar hasta Podhradské.