7 DÍAS EN POLONIA

 

7 DÍAS EN POLONIA

 

Como mi amigo Álvaro, el dueňo de la pensión en donde me hospedo en Nitra, necesitaba mi habitación durante unos días, hemos decidido, Janka y yo, hacer ahora el viaje que teníamos proyectado para este verano. Teníamos varias posibilidades: Croacia y sus playas, algún balnerario en Eslovaquia, Polonia, .... Al final nos decantamos por hacer un viajecito de una semana por Polonia. Iríamos primero a Zakopane, luego a Cracovia y por último a Wroclaw.

 

La aventura comenzo el viernes 27 de julio. Yo cogí un autobús rumbo a Liptovský Mikuláš a las 8:50h de la maňana y Janka cogió en el mismo autobús en Zlate Moravce. A las 13.30 h estábamos en esta localidad del norte de Eslovaquia, allí comimos (la tortilla de patatas que yo había hecho y parte del montón de comida que la madre de Janka nos preparó, no tuvimos que ir a ningún restaurante ni que comprar nada durante 3 días). Dimos una vuelta por Liptovský Mikuláš y Janka aprovechó para cambiar dinero.

 

A las 16.30h cogimos otro autobús rumbo a Zakopane, fue muy bonito el trayecto ya que pasaba por los Zapádne Tatry y por sitios que yo conozco más o menos bien ya que estuve viviendo cerca durante 3 aňos.

 

A Zakopane llegamos a las 18:30h de la tarde y rápidamente nos pusimos a buscar el albergue (Top Hostel), para dar con el cuál no tuvimos muchos problemas puesto que está situado en el centro de la ciudad, en la calle más concurrida, la calle Kuprowki.

 

Top Hostel no nos pareció un buen sitio, está bien situado es cierto pero hay mucho ruido nocturno y no hay forma de dormir (ellos lo saben e incluso te dan tapones para los oidos, después de pagar claro). Otro hecho que no nos gustó es que en la página del hostel ponía que la estancia era con desayuno incluido y luego resultó que no era así. La excusa que pusieron es que lo de desayuno incluido era un error de la página.Zakopane

 

Lo que quedaba de tarde lo aprovechamos para pasear un poco por el centro de la ciudad. Zakopane es una ciudad de unos 30000 habitantes situada al sur de Polonia, muy cerca de la frontera con Eslovaquia. Está a los pies de los Tatras y los turistas van allí para practicar deportes de invierno y para hacer senderismo. Es un sitio muy animado y está lleno de tiendas de deporte y restaurantes.

 

A día siguiente, después de desayunar, subimos en funicular hasta Gubałówka. Una colina cuyo único interés radica en la vista impresionante de los Tatras que desde allí hay. Allí arriba hay una especie de feria montada, hay bares, restaurantes, tiendas de regalos, tirolinas, ..., hasta caballos para que des una vuelta. Pero tengo que decir que en una krčma (una taberna) del lugar me tomé una de las mejores cervezas de mi vida, no porque estuviera especialmente buena, si no por la espectacular vista de los tatras que puedes contemplar mientras te la bebes.

 

Después fuimos al acuapark de Zakopane en donde unos dimos un chapuzón el varias de sus piscinas, algunas de ellas termales.

 

Por la tarde fuimos a visitar el cementerio Peksow Brzyzek un peculiar camposanto en donde las tumbas no tienen los ornamentos normales sino que son cruces y esculturas de madera con motivos religiosos del folklore local. Nos sorprendió especialmente un Jesucristo de madera en actitud pensante que se repetía constantemente.

 

Al día siguiente cogimos un autobús a las 9.45h de la maňana que nos dejó en Cracovia a las 11.45h. El albergue, Orange Hostel, se encuentra en la calle Jozefa Dietla, no demasiado lejos del centro. Después de comernos lo que quedaba de la comida preparada por la madre de Janka, descansamos un poco y luego dimos una vuelta por el centro aunque no pudimos andar mucho ya que estaba cayendo una gran tormenta.

 

Cracovia es una ciudad muy turística de cerca de un millón de personas, la más bella de Polonia. Está atravesada por el río Vistula y parece ser que fue fundada en el siglo VII por el rey Krak de la tribu de los vislanos. Es una ciudad con muchísimas cosas para ver, por ejemplo la Plaza del Mercado Central (Rynek Głowny), una de las plazas medievales más grandes de Europa, el Mercado de Paňos (Sukiennice), un edificio de origen gótico en el que actualmente hay un mercado en el que se venden regalos, objetos artesanales y también ámbar, la Iglesia de Nuestra Seňora (kościół Mariacki), ....

 

No está mal el hostel en donde nos hospedamos, está más o menos limpio, no es caro y entra el desayuno que tienes que hacerte tu en una cocina que pueden usar los clientes. Aunque la habitación, que compartimos con 10 personas más, está hecha una leonera debido a varios americanos (o ingleses, no se) que a lo que se dedican es a emborracharse por las noches. Esta noche ha llegado uno borracho y se ha puesto a vomitar por la ventana.

 

Por la manaňana paseamos por el centro de la ciudad, por la Plaza del Mercado y visitamos el famoso mercado de paňos y la Basílica de Santa María . Su construcción data del siglo XIII y lo más destacable de ella es un impresionante retablo medieval dedicado a la virgen (el retablo de Wit Stwosz), el más grande de Europa.

 

Después de dormir un poco la siesta fuimos a visitar la colina del castillo, el Wawel y luego hemos dado un largo paseo por la orilla del Vistula. Y, como no, me tomé un cervezón en uno de los muchos restaurantes del centro, éste con música Jazz en directo.

 

Al día siguiente decidimos visitar el barrio judio, el Kazimier. Este barrio estuvo medio deshabitado desde la masacre de los judios de Cracovia durante la Segunda Guerra Mundial hasta los aňos 80. Luego la película de Spielberg lo hizo famoso, ya que gran parte de su trama transcurre aquí y aquí se rodaron muchas de sus escenas (y en Podgorze), y ahora está lleno de resturantes y de turistas. Hicimos una visita a su cementerio nuevo y luego cruzamos el Vístula para pasar al antiguo geto creado por los nazis (Podgorze), desancasamos un poco en la plaza Bohaterow Getta (desde donde salían los trenes camino de los campos de concentración) para luego ir a visitar la fabrica de Oscar Schindler.

 

Cuando visité este lugar por primera vez, hará unos 7 aňos, todavía estaba la fábrica original y no había turistas, lo único que indicaba que este lugar era la fábrica de Oscar Shindler era el famoso cartel "quien salva una vida, salva el mundo entero". Hoy la calle está llena de turistas que vienen y van y en la fábrica han montado un museo. A mi me ha parecido un mágnifico museo, en el se describe la vida de Cracovia antes y durante la Segunda Guerra Mundial y del geto. Es muy completo y para verlo bien necesitas mucho más que una maňana.

 

Comimos cerca de la fábrica, en uno de esos comedores populares herencia del comunismo (mleczny). Se como bien y muy barato, y encima son lugares con mucho encanto.

 

Por la tarde quisimos visitar Nowa Hutta, pero se nos hizo tarde y no sabíamos como ir ya que las oficinas de turismo estaban cerradas y la gente a la que preguntamos no supo explicarnos correctamente. Dio igual, nos fuimos a una cervecería en donde sirven unos cervezones escandalosos muy cerca del castillo (de hecho se llama Pod Wawelem o "bajo el castillo") y me tome una cerveza yo y una mirinda Janka, sí una mirinda, en estos países, en Eslovaquia también, venden la mirinda de mis recuerdos infantiles.

 

Después de desayunar copiosamente abandonamos Cracovia para dirigirnos a Wroclaw, a donde llegamos en autobús a las 14.30h. Nos alojamos en el hostel Piast, justo al lado de la estación de trenes. El recibimiento de la recepcionista del hostel no fue precisamente caluroso, pareció que fueramos enemigos recibidos en un hotel del III reich. El hostel resultó ser un antiguo hotel venido a menos, decadente, que debió tener su apogeo en la época de los comunistas. Tenía su encanto.

 

Wroclav es es la cuarta ciudad de Polonia en cuanto a población, tiene unos 640000 habitantes. Es una bella ciudad a la que se conoce también como la Venecia del Norte, debido a los numerosos puentes sobre el río Oder y sus afluentes. Yo ya había estado aquí y me gustó tanto que me prometí volver.

 

Fue una ciudad alemana (Breslau o Breslavia) hasta la finalización de la II Guerra Mundial en que pasó a manos de Polonia debido al corrimiento de sus fronteras, de este a oeste, que sufrió este país.

 

Después de comer descansamos un poco y fuimos a pasear por el centro de la ciudad. La Plaza Mayor (Rynek) es una de las más grandes de Polonia y conserva su trazado medieval. Está plagada de casas seňoriales y monumentos siendo el ayuntamiento lo más destacado. Está considerado una perla de la arquitectura civil y su construcción comenzó en el siglo XIII.

 

A la maňana siguiente hemos seguido admirando el Rynek y luego hemos ido a la Isla de la Catedral (Ostrów Tumski). Paseamos por el Puente Tumski que conduce a la catedrál. Parece que toda esta zona es la parte más antigua de Wroclaw y ya en el siglo IX aquí había un poblado fijo.

 

La catedral data del siglo XIII y en ella se emplearon por primera vez en Polonia los contrafuertes, que descargan a las naves de presión permitiendo que estas sean de gran altura.

 

Desde lo alto de una de las torres de la catedral se contemplan vistas muy bonitas de la ciudad.

 

Detrás de la catedral se encuentra el Jardín Botánico (Ogrod Botaniczni), un remanso de paz y tranquilidad con rincones de gran belleza por donde paseamos mucho rato. Allí mismo, en una zona apartada del jardín, comimos en un burfete unos pirogis polacos típicos.

 

Por la noche me di el gusto de tomarme una cerveza en la cervecería más antigua de Europa, la Piwnica (bodega) Świdnicka. Parece ser que tiene nada menos que 700 aňos de antiguedad. Está debajo del ayuntamiento, en su lado sur. Digo "me di el gusto" por que a Janka no le gusta la cerveza y siempre toma algún refresco. Luego nos fuimos a cenar unas salchichas, tipicas de esta zona, con patatas fritas mientras veíamos el partido de baloncesto Espaňa - Inglaterra, el de las olimpiadas.

 

Y al día siguiente ya tocó la vuelta a Eslovaquia. Por la maňana estuvimos haciendo algunas compras y por la tarde cogimos un tren hasta Bratislava con transbordo en Katowice. Estuvimos viajando toda la noche y a las 6 h de la maňana ya estábamos en Bratislava.